Toda mi vida he sido cristiana y vivía una vida religiosamente, pensando que mi forma de vestir me santificaba y me acercaba a Dios, cuando por dentro estaba con orgullo y falta de perdón e integridad. Como pastora me sentía intocable, porque a mí entender todo estaba bien en mí, ya que mi rostro reflejaba mucha humildad. Pero un día, a través de la conferencia de Déboras, usando a la profeta, mi madre espiritual Montserrat Bogaert, llegó un cambio radical tan grande que en mí quebrantó y arrancó todo espíritu religioso y apático que estaba oculto. Hoy puedo decir que las Déboras han traído un impacto poderoso en mi vida, no soy la misma, soy una mujer de guerra, una Débora, una pastora con visión, esposa y madre trasformada y feliz.
Las Déboras trajeron un impacto tan sobrenatural en mi vida que ya no soy la religiosa que era antes, he sido trasformada en alma, cuerpo y espíritu.