El proceso del quebrantamiento
Mensaje del Apóstol Dr. Miguel Bogaert Portela
Todo el que es quebrantado, luego del quebrantamiento habla de los frutos obtenidos. Ninguna persona podrá dar frutos si no se quebranta, todo fruto viene tras un quebrantamiento.
El quebrantamiento no se da una sola vez, cuando entras en una zona de peligro, donde no estás sintiendo la presencia de Dios, donde estás actuando independientemente, ahí es necesario el quebrantamiento, quizás no te das cuenta que estas entrando en esa zona, porque sucede lentamente.
Cada vez que te alejas de Dios, el enemigo se ensancha y su plan prospera, por eso cada vez que Dios te ve entrando en esa zona, él entra en acción, por eso el quebrantamiento es bueno, porque Dios está cerca de ti para hacerte reaccionar y volver en sí.
Hay dos formas de ser quebrantado:
- Por medio de revelación. Es cuando recibes una palabra, esta se revela a tu vida y tomas la decisión correcta.
- Por trituración. Este es el método por el cual la mayoría ha optado, ponen todas las excusas y justificaciones para mantenerse independiente de Dios.
El Señor te quebranta porque te quiere sacar de la oscuridad, Él no ve lo que eres ahora, sino el producto terminado, Él dice: “Lo que estoy haciendo es para ver lo que ya YO concebí en los cielos, que tú no logras ver”.
Hay muchas formas de trituración, una enfermedad, una crisis económica, el abandono de tus padres, que tus amigos te dejen, existen unas series de condiciones que Dios usa para hacerte reaccionar; lo que más amas es lo primero que Dios te quita en la trituradora.
Juan 12:24 dice:
“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”.
El grano de trigo tiene una cubierta que es la cáscara, y esa cáscara no deja ver el grano, la semilla que hay dentro, pero cuando esta se rompe, es cuando verdaderamente empieza a dar vida a una planta. La cáscara en el ser humano es el hombre viejo, las actitudes y lo que no deja sacar lo genuino y lo verdadero de Cristo que está adentro.
La apariencia con la que te has cubierto, no te deja dar frutos, por eso viene el proceso del quebrantamiento para romper la cáscara.
Cuando estás en la zona de peligro, viene una crisis en tu vida, y esa crisis es para sacar lo genuino que hay dentro de ti, porque de lo contrario, seguirás siendo el mismo, ignorando lo que Dios quiere hacer en tu vida.
Juan 12:3 dice:
“María tomó entonces como medio litro de nardo puro, que era un perfume muy caro, y lo derramó sobre los pies de Jesús, secándoselos luego con sus cabellos. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume”.
Esta mujer quebró el frasco y derramó el perfume, los que estaban con Jesús le dijeron que eso era un desperdicio, a ellos les interesaba más el envase por lo costoso que era, que el ungüento que estaba adentro. No trates de guardar tanto el frasco tuyo, porque jamás va a salir el perfume, si no hay un quebrantamiento en ti.
Tu quebrantamiento no es para el hombre, es para Dios. Cuando guardas una posición, debes reaccionar, porque empiezas a sentir los ojos de los demás que te están viendo y guardas una apariencia, por eso te cuesta tanto seguir las pisadas de Jesús, obedecer su palabra, porque los ojos del mundo te están viendo y tú le quieres responder al mundo, mientras sigas en esta condición, jamás darás frutos.
No permitas que las voces extrañas te desvíen del proceso, porque muchos en el quebrantamiento reaccionan negativamente, y en vez de facilitarle las cosas a Dios, se revelan en contra de Él. Todo el que es quebrantado tiene otro nivel espiritual y ese es el que va a sostener la iglesia.
1 Pedro 5:5 dice:
“Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”.
Toda persona soberbia, orgullosa, jactanciosa, independiente, no le queda otra que ser quebrantada, y cuando no obedeces lo que dice la Palabra, muestras una condición de orgullo. No te resistas ni te opongas a la voluntad de Dios, sé un colaborador en lo que Él va a hacer en tu vida.