
Dios es un Dios personal. Él es creador, Él es el Señor del Universo, Él es el autor definitivo de toda la Biblia y es objeto de confesión y adoración para el servicio de la Iglesia.
Génesis 1:1 (RV1960)
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”
No solo comienza con una afirmación de Su existencia, sino que revela la acción exclusiva divina mediante el cual, Dios crea el universo, simple y llanamente con la Palabra. En Génesis, Dios empieza presentándose Él mismo como Dios, pero también se presenta como el hacedor de todas las cosas, todas las cosas hechas de la nada.
Dios toma la iniciativa para que Sus criaturas le conozcan, esto significa que tú no escogiste a Dios, sino que Dios te escogió a ti. Si Dios es lo que hemos leído que es y Él decide escogernos a ti y a mí, tenemos que conocer el por qué nos creó. Dios no se interesa simple y llanamente por el que comas, trabajes o decidas procrearte, tiene que haber algo más.
La intención de Satanás es desenfocarnos de quién es Dios y lo logró en el huerto, fue ahí donde nosotros perdimos la moral y las virtudes de Dios, y pusimos la figura de Dios por el suelo. Aquí empezó nuestro desenfoque, y el por qué se nos hace tan difícil el valorar a Dios en este tiempo. Esta debe ser la lucha de la Iglesia, el de volver a enfocar a los hombres con aquello que se perdió en el huerto.
El primer Adán se desenfocó y lo mismo ocurrió con las criaturas de Dios, que también fueron desenfocadas, luego Dios envía el postrer Adán, para que este vuelva a enfocarnos a Dios. Él escoge lo mejor de sí mismo, escoge Su esencia, nos hace herederos, lo lleva a muerte de cruz, todo esto llamando la atención del hombre, buscando que el hombre vuelva en sí.
Hebreos 1:1-2 (RV1960)
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”.
Dios nos entregó a Su hijo quien hizo el universo por Él.
1 Corintios 2:10 (RV1960) dice:
“Y Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos”.
Su Palabra dice que nosotros hemos de recibir cosas que oído no oyó y que ojos no vio, esto es para aquellos que le aman. Cuando amas algo a alguien de todo corazón, es ese amor que hace que te enfoques en lo que amas.
La caída del hombre afectó nuestro entendimiento y aún sigue haciéndolo hoy día, fueron muchos los que vieron a Cristo crucificado, vieron al Padre hablarle al Hijo: “Este es mi hijo amado en quien tengo complacencia”, vieron todos los milagros y a pesar de esto, no pudieron enfocarse en lo que es Dios.
Romanos 1:18 (RV1960)
“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad”.
Es más fuerte el desenfoque que Satanás origino que la manifestación de todo lo que existe en la gloria de Dios, por esta razón pasamos tantas dificultades.
Versículo 21 “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido”.
Todavía en este tiempo, hay cosas en ti que no te permiten glorificar a Dios, porque esas cosas te gustan más y mientras te gusten más de lo que te debe gustar Dios, estarás glorificando lo que te gusta en vez de glorificar al Dios Padre.
Versículos 22-23: “Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible”.
De esta forma, no puedes pretender entender y conocer a Dios, con solo 980 gramos de tu cerebro, no puedes pretender entenderlo, ellos se envanecieron en su sabiduría y pensamientos y para buscar a Dios, no puedes hacerlo con tu propia sabiduría y entendimiento, no puedes hacerlo con tu razonamiento y lógica, ¡tienes que buscarlo por la fe! Dios nos dio el regalo de la fe. Debes estar completamente abierto y sacar de ti todo razonamiento y toda lógica para poder enfocarte una vez más en el valor existencial del propósito de Dios en nuestras vidas. Este valor debe ser obligatorio para que puedas entender el por qué estás aquí.
El enemigo trajo el desenfoque y desvalorizó a Dios, comparándolo con el hombre y Dios cambió el sistema, a Dios no puedes sentirlo por fuera, tienes que sentirlo por dentro. Dios está en tu presencia cuando desde dentro de ti, salen tus frutos de Su semejanza e imagen. Para buscar lo verdadero de Dios, tienes que meterte adentro y como un regalo, lo que Él ponga dentro, tiene que salir de adentro hacia fuera.
Después de la caída del hombre, este sufre una pérdida de la verdadera imagen de Dios, Satanás en un principio logro que la imagen de Dios y sus virtudes fueran distorsionadas, es por esta distorsión que se hace tan difícil buscar y orarle a Dios, alabarle y adorarle, el ser su amigo.
Mientras no veas el valor de Dios no te va a interesar, si continúas viendo más tu valor, el de tus fuerzas, tu poder y autoridad, no vas a necesitar de Dios, no hasta que te llegue el trago amargo y no deberíamos esperar a que llegue una crisis para valorar las virtudes y el poder de Dios. Para entender el poder de Dios tienes que enfocarte:
- En Dios.
- El por qué estás aquí, para que te trajo Dios.
Satanás nos desenfocó en los valores de Dios y también en los nuestros, y nunca podrás ver los valores de Dios si primero no ves los tuyos propios. Todo lo que veas, lo harás desde la óptica que tengas de ti. Primero tenemos que enfocarnos nosotros para entonces poder enfocarnos en Aquel que lo hizo todo.
Salmos 139:6 (RV1960)
“Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender”.
Dios es tan alto para mí que yo no lo puedo comprender.
Romanos 11:33-35 (RV1960)
“!!Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!!! Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?”.
Si quieres ser un manifestador de la gloria de Dios, tienes que buscar el modelo de Su gloria, el de Jesucristo de Nazaret. Jesucristo es el primogénito y nosotros somos sus hermanos.
Dios dijo en el principio: “Hagamos al hombre a imagen y semejanza”. Imagen es su carácter y semejanza es que podemos hacer todo lo que Él hace, Sus atributos; como soy imagen y semejanza suya, tengo que enfocarme de nuevo, solamente en Él. Si todo fue creado por Él y para Él, también fue creado para nosotros, significa que puedo hacer todo lo que hacía Cristo si me enfoco en Él.
Las iglesias están castradas, presentándonos un modelo a medias, afirmando que solo Jesús y los Apóstoles sanaban en ese tiempo, Dios sí sana y liberta en estos tiempos. Satanás no dejó de existir en la cruz del calvario, la Palabra dice que Jesús fue tentado 3 veces y que lo dejó por un tiempo, ahora es el tiempo de Satanás, haciendo las mismas tonterías de siempre. El Cristo crucificado es quien te sana y te liberta y la doctrina es el arma que usa el diablo para separarnos.
Cuando estamos enfocados, podemos conocer a Dios, como hijos, tenemos derecho, privilegio y herencia y si lo decidimos, podemos conocerlo a través de Su palabra revelada, porque por Su gracia, Él nos da el acceso.
Deuteronomio 29:29 (RV1960)
“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley”.
Las cosas secretas de Dios son para nosotros y nuestros hijos para siempre.
Solo podemos conocer y entender a Dios por fe, y para tener fe, tengo primero que estar enfocado, y cuando tengo fe y me enfoco, viene el Espíritu de Dios y se vivifica en ti y Dios te da lo secreto y oculto de Él.
Dios no ha podido hacer nada en ti porque no lo dejas al continuar desenfocado. La Iglesia no es para mantenerte sentado, la Iglesia es para quitarte el desenfoque y que empieces a enfocarte en los verdaderos valores de Dios.
El objetivo final del universo es manifestar Su gloria, Dios está cansado de que manifiestes tu derrota, tu queja y tu problema, y si te enfocas en lo que verdaderamente es el valor de Dios, en que eres imagen y semejanza de Él, tu vida tiene que ser cambiada totalmente.
Tu alma no vale un centavo en comparación con tu espíritu, Satanás te metió en esa alcancía vacía de vivir en el alma porque a él no le interesa que crezcas espiritualmente, él sabe que mientras más vas creciendo, vas haciendo un cerco en el que todo lo tuyo gira alrededor de Dios. Los frutos de cerrar ese cerco son automáticos y rápidos, hacer el cerco para vivir y que se mueva en función de Dios es súper sacrificado y lleva tiempo, pero una vez que lo decides y empiezas, los frutos son más rápidos que el cerco que se cierra.
Cuando decides que todo lo tuyo gira en función de Dios, sólo con la decisión y disposición comienzas a recibir Sus promesas y bendiciones en cada área en la que lo has hecho participe como tu rey y Señor.
En la naturaleza de Jesús es donde mejor vemos la gloria de Dios; Jesús es el acceso a la manifestación de Su gloria. Cada uno de nosotros estamos llamados a manifestar y honrar Su gloria, a alabar y a vivir por Su gloria. Tienes que aprender a verte como hijo de Dios, como real sacerdocio y pueblo escogido; cuando te quejas no puedes enfocarte en Dios, no puedes ver a Dios cuando estás más preocupado por tu poco valor. Lo que tienes, te lo puso Dios, dale el valor de Dios. Para buscar el valor y el original de Dios, debes saber primero de dónde vienes y conocer tu origen, sin esto, será difícil recuperar el enfoque y la semejanza de Dios.
Si tienes un problema financiero y por tus relaciones, sabiduría e inteligencia consigues de manera fácil el dinero que necesitas, con Dios es diferente, con Él lo consigues un poco más lento, pero junto con el proceso obtienes experiencia y cuando se repita una situación similar, no volverás a pedir prestado porque Dios se convierte en tu prestador.
El enemigo nos desenfoca para que nuestra dependencia sea con aquello que miramos con nuestros ojos naturales. El intento de Satanás siempre será que pierdas tus valores como ser humano; para recuperar y demostrar tus valores, es cuando más humilde te tienes que hacer en la presencia de Dios, porque mientras más humilde te haces, más valor adquieres.
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