

Juan 16:33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.
Jesús le está diciendo a sus discípulos que el hecho de estar con Él no los eximía de tener aflicciones, procesos, problemas en su caminar como cristianos.
Jesús les dijo en Mateo 6:34 “ Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”.
Viendo esto tenemos que entender que los problemas, los procesos, las aflicciones, son parte de la vida de todo ser humano, y cuando estos vienen a nuestra vida, nos están avisando que algo en nosotros no está bien.
Para cada aflicción en su vida, Dios a través de Su palabra, nos da una promesa de salida y de bendición de esa aflicción.
El apóstol Santiago 1:2, dice que en medio de la prueba, la aflicción, tengamos sumo gozo.
El apóstol Pedro en 4:12-13, dice que nos gocemos en medio de la aflicción.
En este día quiero enseñarte que tu aflicción, tu prueba, tu proceso, lo que estás viviendo, no es el problema de tu vida, el problema es ver con qué actitud usted reconoce que tiene un problema y con qué actitud usted enfrenta ese problema.
Cuando te hablo de la actitud de reconocer el problema es que usted sea honesto con usted mismo y reconozca que es el culpable de todo lo que está viviendo, usted es el responsable, es decir, deje de echarle la culpa a los demás; lo segundo es que usted evalúe la entrada o qué provocó ese problema.
El modo en que usted reaccione al problema determinará cuánto tiempo se quedará atrapado en ese problema. Hay creyentes atrapados por años en una misma aflicción y esto atrapa a los hijos y a todos los que vivan con ellos.
Ezequiel 18:2 “… Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera?”.
El pueblo de Dios tenía una gran aflicción. Éxodo 3:4-7 “Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: !!Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. 5Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. 6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. 7 Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias…”
430 años con una gran aflicción. Dios le envía un libertador, cruzan el mar rojo (Bautismo) y entran al desierto (aflicción, prueba nueva vez).
Es ahí, en medio de la aflicción, la prueba, el desierto, que usted elige: me quedo en medio de la prueba (desierto) o elijo la promesa de Dios de provisión (tierra prometida).
Ahora tenemos un gran libertador, que es Jesucristo, a través de Su Palabra y al Espíritu Santo que glorifica que Cristo está vivo.
¿Cuál es tu aflicción? ¿Cuál es tu prueba? ¿Cuál es tu proceso?
Un sabio una vez dijo: -Defino como más valiente a quien vence sus deseos que a quien conquista a sus enemigos en una batalla-.
En el mundo espiritual, la victoria más difícil es la victoria de Yo. Tu yo es el instrumento de todos tus pensamientos, actitudes, decisiones y por eso es tan difícil:
1- Que tu yo entre a la voluntad de Dios.
2- Hacer que tu yo crea las palabras y promesas de Dios.
3- Tu yo no tolera al Espíritu Santo.
Mira que dice la Palabra cuando tu yo te gobierna.
Proverbios 25:28 “ 28Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda”.
Usted está atrapado en la aflicción, en el problema, no porque es una persona mala, está atrapado por:
1- Porque no reconoce el problema realmente.
2- Porque no tiene una actitud de ser sabio para enfrentar la aflicción.
3- Porque cuando estas dos no funcionan usted busca culpables, le echas la culpa a otros de sus problemas.
Eso nació en el Edén, Génesis 3:9-13: “9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. 11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? 12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. 13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí”.
Ni Adán ni Eva vieron las dos primeras, le echaron la culpa al otro, al final a Dios por crear a la serpiente. Así vivimos los creyentes.
El echarle la culpa a los demás de nuestras aflicciones es una excusa. Vivimos el 99% de nuestra vida con excusas, en vez de vivir 100% de sabias decisiones a través de la Palabra y el Espíritu Santo.
Aquello de lo que usted se aleja determinará lo que Dios puede traerle; usted debe de dejar Egipto = esclavitud, aflicción, prueba, para poder entrar a la tierra prometida.
Cuando usted tiene una aflicción y está atrapado por mucho tiempo vivirá de excusas, y esto al final se convertirá en un patrón patológico de auto-lastima y baja auto-estima y esto apagará el potencial de usted salir de esa aflicción.
Esta es mi aflicción, este es mi proceso, este es mi problema, mentira del diablo, nada de eso es suyo!!!
El estar atrapado tanto tiempo en una aflicción hace que usted pierda la fe a Dios.
La auto-lástima, la auto-compasión provocada por la aflicción no es tu lugar como creyente, como hijo de Dios, porque te hace depender más del hombre que de Dios. Dios es tu fuerza, es el consolador y hacedor en medio de tu aflicción.
Jeremías 16:19-21: “19 Oh Jehová, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho. 20 ¿Hará acaso el hombre dioses para sí? Mas ellos no son dioses. 21 Por tanto, he aquí les enseñaré esta vez, les haré conocer mi mano y mi poder, y sabrán que mi nombre es Jehová”.
Dioses ajenos, tu problema, tu yo. Tu problema no es más grande que Dios.
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